Tiempos del Mundo
17 de junio, 2004

Lento avance en el ‘fair trade’

Expertos en Desarrollo Sostenible evaluaron el estado de la producción limpia en los países de la región. Aunque el número de empresas con certificaciones ISO* creció de 237 a 1.873 en cuatro años, aún persiste una visión negativa por abusos ambientales. El capítulo sobre el tema del TLC entre Chile y EE.UU. se considera un modelo a seguir.
Jennifer Ross
"Sólo basta recordar, por ejemplo, qué hacen las famosas maquilas ubicadas en México en el área de la frontera con Estados Unidos. Pero ahora saben que esta actitud puede crear riqueza momentánea, pero se aleja del concepto de desarrollo sostenible" - Johannes Fromann, consultor de la Agencia de Cooperación Técnica de Alemania GTZ.
Iizuka Michiko, una especialista japonesa de la Universidad de Sussex, declaró que en su país hay una impresión general de que todavía existen estándares ambientales muy relajados en Latinoamérica y que se duda que los países que cuentan con leyes referidas al tema se estén modernizando.
De hecho, esta región es una de las zonas del mundo que tiene menos empresas con certificaciones ambientales internacionales, como el ISO* 9.000 y 14.000. Pero el cambio viene rápido. En sólo cuatro años, las compañías certificadas pasaron de 237 a 1.873.
"Está surgiendo con fuerza el consumidor ético, que quiere productos hechos de forma responsable. Se le llama a esto la onda ‘Fair Trade’. Entonces yo creo que la ventaja es que ya nos manejamos en estos temas, y hay que ganarle a nuestros competidores latinoamericanos, o estar más adelantados. Al final, todos van a tener que cumplir con este nivel de calidad, y los que ganan son los que entran primero a los mercados cumpliendo las nuevas exigencias." - Paula Conca, ProChile.

Incluir acuerdos ambientales en tratados de libre comercio es la mejor forma de asegurar el respeto hacia los recursos naturales y de fortalecer la responsabilidad empresarial. Los países latinoamericanos lentamente están avanzando en cumplir con las exigencias medioambientales internacionales y del nuevo consumidor de los países desarrollados que avala el llamado ‘fair trade’.

Así lo aseveraron a Tiempos del Mundo expertos en el tema, quienes fueron requeridos por este semanario para que evaluaran cómo se desarrolla la producción limpia en los países de la región, en el marco de un simposio internacional sobre Desarrollo Sostenible que se efectuó en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en Santiago de Chile, organizado por la Asociación de Empresas y Profesionales para el Medioambiente (Aepa).

Con creciente frecuencia, se están incluyendo convenios de resguardo de la naturaleza en los acuerdos comerciales entre Latinoamérica y los países desarrollados. Al respecto, la consultora de la Compañía de Soluciones Ambientales Burgeap de Francia, Francoise Meteyer-Zeldine, dijo que a los países de esta zona les conviene cumplir con cláusulas ambientales internacionales, porque esto facilita su ingreso a los mercados. “Este hecho motiva a las naciones de esta región a respetar las reglas del mundo moderno”.

Sin embargo, a juicio de otros expertos internacionales, aún persiste una visión negativa hacia Latinoamérica por abusos ambientales. Por ejemplo, Johannes Fromann, consultor de la Agencia de Cooperación Técnica de Alemania GTZ, afirmó a este semanario que algunos países de la región, en su afán de atraer inversión, han arrasado con el medioambiente. “Sólo basta recordar, por ejemplo, qué hacen las famosas maquilas ubicadas en México en el área de la frontera con Estados Unidos. Pero ahora saben que esta actitud puede crear riqueza momentánea, pero se aleja del concepto de desarrollo sostenible”, enfatizó.

Iizuka Michiko, una especialista japonesa de la Universidad de Sussex, declaró que en su país hay una impresión general de que todavía existen estándares ambientales muy relajados en Latinoamérica y que se duda que los países que cuentan con leyes referidas al tema se estén modernizando.

Tanto Michiko como otros expertos extranjeros, destacaron que Chile es un modelo de exportación en la región con más acuerdos ambientales suscritos en sus tratados de libre comercio (TLC).

Precedente útil

Edda Rossi, jefa del Departamento de Comercio y Desarrollo Sostenible del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, explicó que en el resto de Latinoamérica muchos países temen la imposición de barreras disfrazadas al comercio. “En las negociaciones para el Alca [Área de Libre Comercio de las Américas], hubo resistencia en casi todos los países del Hemisferio al tema comercio-medioambiente. De hecho, esta región es una de las zonas del mundo que tiene menos empresas con certificaciones ambientales internacionales, como el ISO* 9.000 y 14.000. Pero el cambio viene rápido. En sólo cuatro años, las compañías certificadas pasaron de 237 a 1.873. En Chile pasaron de 5 a 90, ubicándose en el tercer lugar, después de Brasil y de Argentina”, resaltó.

Chile se destaca por tener tres importantes acuerdos comerciales que incluyen pactos ambientales. En 1997, el país firmó un tratado ambiental paralelo a su TLC con Canadá. “Con este convenio, podemos presentar quejas y peticiones. En el 2000 se creó una Mesa Redonda no vinculante. En el acuerdo del 2003 con la Unión Europea, se aprobó un artículo dedicado a la cooperación, que incluye el medioambiente. Y el TLC con EE.UU., que entró en vigencia en enero de 2004, fue el primero en tener un capítulo entero sobre el tema”, agregó Rossi.

La experta precisó que el convenio con Estados Unidos incluye derechos y obligaciones, una de cuales es vinculante. “Cada país se compromete al cumplimiento de su propia legislación ambiental y, si esto no sucede, puede ser llevado a un panel arbitral. Hay multas, que van a resolver el problema del país demandado, y posibles suspensiones comerciales”, acotó.

En tanto, Jacqueline Ward, asesora de Medioambiente de la Embajada de EE.UU., señaló a Tiempos del Mundo que el capítulo sobre medioambiente del TLC con Chile es lo mejor que han logrado en esta materia, y que lo están usando como base para futuros acuerdos con Singapur, Marruecos, Australia y países de Centroamérica.

Dijo que el capítulo medioambiental fue tan importante para la administración del presidente George Bush, que los expertos mantuvieron más de 700 reuniones con ONG y grupos empresariales, antes de firmar el acuerdo con Chile.

Georgina Núñez, experta mexicana de la Cepal sobre Desarrollo Sostenible, indicó que este capítulo del TLC Chile-EE.UU. es un precedente trascendental que ayuda a fortalecer la institucionalidad sobre el cuidado medioambiental. Agregó que puede achicar brechas con la rendición de información.

“Estos acuerdos marcan estándares importantes para los países en desarrollo, porque la señal que están enviando a los inversionistas es que tienen que tener buenas prácticas sociales y ser ambientalmente responsables”, destacó.

Paula Conca, experta de ProChile, entidad que promueve las exportaciones nacionales, afirmó que el país está internalizando en su política exportadora las nuevas exigencias de los mercados internacionales en matera medioambiental. “Está surgiendo con fuerza el consumidor ético, que quiere productos hechos de forma responsable. Se le llama a esto la onda ‘Fair Trade’. Entonces yo creo que la ventaja es que ya nos manejamos en estos temas, y hay que ganarle a nuestros competidores latinoamericanos, o estar más adelantados. Al final, todos van a tener que cumplir con este nivel de calidad, y los que ganan son los que entran primero a los mercados cumpliendo las nuevas exigencias”, agregó.

*ISO: Estándares internacionales para la administración de sistemas de calidad.

Reciclaje ‘no oficial’

El reciclaje y la gestión de desechos se optimizarán si se formalizan programas en que participen los llamados ‘carroñeros’ o recogedores de basura o cartones para su reutilización. Así lo aseveró a este semanario el consultor privado estadounidense Steve Levy, quien trabajó por 37 años en la Agencia de Protección Ambiental (EPA en inglés).

El experto medioambiental, quien participó en un seminario sobre este tema en Santiago, afirmó que “en la mayoría de los países latinoamericanos hay muchos ‘carroñeros’ o gente que busca materiales reciclables en los basurales, pero cuando las economías crecen y empiezan a gestionar sus desechos de una forma más agresiva, desplazan esta actividad informal”.

Levy indicó que durante décadas estas personas que hurguetean la basura han formado un sistema de reciclaje no oficial. “Lo hacen para sobrevivir. Y aunque sean criticados, representan un aporte importante. El problema es que lo que reciclan no se reconoce y no se cuantifica, porque esta actividad no forma parte de un sistema de reciclaje organizado y oficial”, agregó.

“No tienen uniformes y no son oficiales, entonces muchas políticas municipales logran eliminarlos cuando crean programas de reciclaje oficiales. Pero esto siempre resulta en una reducción del reciclaje total en vez de un aumento. Y además, les quita su forma de ganar la vida”, dijo.

El experto recomendó incorporar estas actividades oficialmente en programas de reciclaje. “Esto implica que se les dé uniformes, equipos para facilitar el transporte del material, y proveerles de lugares sanitarios para sortear basura”, agregó. J.R.

Convenios voluntarios

Los Acuerdos de Producción Limpia (APL), que son convenios voluntarios entre empresas y otros órganos públicos pertinentes, tienen más éxito que las normativas obligatorias. Así lo estiman algunos expertos internacionales de medioambiente, quienes fueron consultados por Tiempos del Mundo sobre el tema durante un seminario referido al Desarrollo Sostenible, que se realizó en Santiago de Chile.

El consultor de la Agencia de Cooperación Técnica de Alemania GTZ, Johannes Fromann, señaló a este semanario que se podría pensar que un acuerdo obligatorio es mejor. “Pero muchas veces las fiscalizadoras públicas no tienen la capacidad de seguimiento y sanción que necesitan para las leyes ambientales obligatorias. Dependerá de la fuerza del Estado para controlarlas. Si no hay poder de fiscalización, hay que buscar nuevos instrumentos”, agregó.

En 2001, Chile creó una política nacional de producción limpia y el Servicio de Salud Metropolitano del Ambiente (Sesma) es el órgano fiscalizador público que controla y sanciona si existen infracciones a la normativa sanitario-ambiental.

Soledad Ubilla, directora de Sesma, aseveró que es más fácil para su entidad cuando hay APL. “La fiscalización es distinta para empresas que suscriben este tipo de convenio. Éstos tienen la ventaja de ser baratos para el gobierno porque no tiene que controlar estos acuerdos”, expresó.

En tanto, el director ejecutivo del Centro Nacional de Producción más Limpia (Cnpl), Rafael Lorenzini, sostuvo que la mayoría de las 1.800 empresas con APL en Chile cumple con sus disposiciones. “Falta potenciar plataformas regionales de APL y hay quienes quieren una vinculación jurídica para estos acuerdos”, dijo.

Georgina Nuñez, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reconoció que existe una preocupación en el sector empresarial latinoamericano ante la posibilidad de que los países desarrollados establezcan normas obligatorias. J.R.